20 de julio de 2012

¿Es lo mismo anciano que viejo?

¿Es lo mismo hablar de “geriatría” que de “ gerontología”?

¿Qué “espacio” tiene el “ anciano” de hoy en la sociedad?

¿Cuáles son las necesidades que tiene esta etapa evolutiva en la actualidad?

La búsqueda de algunas respuestas a estos interrogantes nos interna en un camino de investigaciones que sabemos promisorio y nunca acabado.

Dando los primeros pasos en esta senda, nos encontramos con algunas definiciones que servirán como puntos de partida para nuestro análisis.

¿Qué entendemos por Adulto Mayor?

La OMS define la “salud” como “ bienestar bio-psico-social”, es decir que una persona es considerada sana si los aspectos orgánicos, psicológicos y sociales se encuentran integrados .De esta manera, las personas con un organismo en condiciones, logran llevar una vida plena, psicológicamente equilibrada y manteniendo relaciones socialmente aceptables con otros y básicamente consigo mismo .

Sabemos que de la salud se ocupa la medicina.

La geriatría es aquella rama de la medicina que se interesa por dar respuestas científicas a las necesidades médicas de las personas de edad, por ejemplo: los problemas neurológicos o cardíacos en los ancianos.

En cambio, la “gerontología” se ocupa de estudiar la relación entre lo orgánico,lo psicológico y lo social desde una mirada interdisciplinaria y comprendiendo al envejecimiento como un proceso evolutivo normal, esperable e influenciado por el contexto sociocultural en el que se desenvuelve el adulto mayor, por ejemplo: estudia las necesidades emocionales y sociales de los hombres y mujeres de la llamada tercera edad o cómo responde el adulto mayor a las presiones del entorno social.

Nos hacemos eco de las palabras del gerontólogo español, Dr.Fernando Jimenez Herrero cuando dice que “esta cuestión de ignorar y de quitar importancia a la cuestión del envejecimiento es consecuencia del mantenimiento de tabúes vinculados a prejuicios y al sostenimiento de mitos negativos sobre la vejez, que no responden a la realidad de la misma, al menos actualmente”

Creemos que a los inicios del siglo XXI y dados todos los medios para que así sea es necesario crear una imagen positiva de la ancianidad , trabajar para alcanzar una mejor calidad de vida, mejorar la convivencia intergeneracional revalorizando los saberes y experiencias de los mayores en consonancia con las fuerzas y las ideas renovadoras de los más jóvenes.

La necesidad del trabajo con Adultos Mayores

Las Naciones Unidas considera “anciano” a toda persona mayor de 65 años para los países desarrollados y de 60 para los países en desarrollo Dados los avances científicos se prevé para el año 2025 una población mayor a los 1000 millones de personas mayores de 60 años frente a una menos numerosa población juvenil en los países desarrollados.

Esto requiere en el presente, comprender la necesidad de planificar programas de acción para esta población , que favorezcan su continuo desarrollo, la posibilidad de generar nuevos saberes, la creación de caminos alternativos de superación y de mejora de la calidad de vida.

El trabajo con adultos mayores se presenta como respuesta a una necesidad y como un desafío al futuro. “Estaría inscripto dentro del rubro de los Derechos Humanos en el sentido más amplio de su concepción, esto es el derecho de los viejos a formar parte de la sociedad, a ser considerados, a ser queridos a ser escuchados” (Salvarezza: “La Vejez”).

De ..”.Viejo son los trapos” a... “Se hace camino al andar”

El imaginario social relaciona “vejez” con decrepitud, inhabilidad, improductividad, incapacidad de aprender nuevos conocimiento.

Se asocia al adulto mayor con una etapa productiva terminada , con historias de vida para ser “contadas” como anécdotas, leyendas, o conocimientos poco actualizados y por lo tanto desvalorizados.


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