1. Se queja.
Los malos empleados siempre se están quejando de algo y nada es suficientemente bueno.
2. Da excusas.
Los malos empleados nunca asumen la responsabilidad por sus acciones y siempre ponen pretextos.
3. Falta de entusiasmo.
Cuando surge una nueva tarea o proyecto, este trabajador no se emociona en lo más mínimo.
4. No ayuda a los demás.
Siempre están diciendo “no es mi trabajo” y no están dispuestos a ir más allá.
5. Chismea.
Esto destruye la moral y la dinámica de equipo, además de que crea grupitos en la empresa.
6. Miente.
Un empleado que hace esto o que inventa historias es peligroso para el grupo.
7. Piensa que lo sabe todo.
Un mal trabajador actúa como si supiera todo y cree que es muy bueno para lo que sea que tengas que decir.
8. Es independiente.
A los malos empleados les gusta más trabajar solos. Necesitas colaboración para funcionar como equipo.
9. Irresponsable.
Regularmente no cumplen con las fechas de entrega, llegan tarde y rompen sus promesas.
10. No tiene iniciativa.
Los buenos empleados toman la iniciativa, uno malo se queda parado esperando a que le digan lo que debe hacer después.
11. No pregunta nada.
No está dispuesto a preguntar o a aprender cosas nuevas.
12. Es distraído.
Los buenos empleados saben enfocarse, los malos se distraen fácilmente.
13. Sin crecimiento.
No invierten en ellos mismos para ser mejores personas y avanzar en la empresa.
Bonus: No apoya la cultura empresarial. No entienden la importancia que tiene esto para que la empresa sea exitosa. Cualquier empleado que no está dispuesto a ayudar a mejorar la cultura organizacional, debería irse porque si no arruinará al resto del equipo.
FUENTE: www.soyentrepreneur.com
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