1. Comportamiento de un negocio modelo. Así como tratamos de censurar nuestro lenguaje y ser cariñosos con nuestros hijos, es importante mostrarles cómo comportarse en los negocios invitándolos a nuestras vidas. Yo amo que mi hijo de tres años sea parte de mi negocio. Cuando la hora de la contabilidad viene cada mes, él es muy bueno apilando los recibos, tomando las declaraciones del banco de la impresora y sentándose a mi lado. Tengo la oportunidad de mostrarle lo que hago y hablar con él sobre números mientras trabajo.
2. Fomenta la creatividad. En mi primer negocio “Maggie’s Shell Shop” recogí conchas de la playa y vendí a los que pasaban mis colecciones. Tenía cinco años. Gracias a un gran número de generosos familiares, me enganché en convertirme en una emprendedora y experimenté el éxito muy pronto. Ya sea jugando o teniendo un negocio real pero pequeño, dale a tu hijo la oportunidad para experimentar el éxito y observa lo satisfactorio que es el ver que operan la compañía que crearon.
Empieza dándole a los niños dinero de juguete y pon una tienda en tu sala—es una gran manera para ellos de jugar y aprender al mismo tiempo.
3. Fomenta la curiosidad. Cada gran emprendedor sabe que usualmente el primer paso para crear un negocio es siendo curioso sobre algo: ¿De qué esta hecho? ¿Por qué necesita estar en el marcado? ¿A quién va a ayudar? ¿Cómo puedo mejorarlo? Las preguntas empiezan en los niños a una edad muy temprana y es importante ayudarlos a explorar y que se sientan libres de ser curiosos.
Eventualmente empezarán a hacer algo ellos mismos. Adoro ver a mi hijo desarmar un juguete o creando nuevas reglas para un juego de mesa porque piensa que funcionará mejor. Todo este trabajo de “investigación” como él lo llama, ayuda a expandir su pensamiento y curiosidad.
4. Acepta el fracaso. Los adultos saben que el fracaso es parte del juego—es por lo que las recompensas son tan buenas. Pero hasta los pequeños fracasos pueden ser devastadores para los niños. Ayuda a tu hijo a entender que el fracaso no es algo malo y explica que, frecuentemente, las lecciones más importantes, como dueños de nuestro negocio, vienen de los fracasos. Ayuda a tu hijo a ver que siempre hay una versión 2.0 - la cual, como sabemos, ¡es mejor que la primera versión!
5. Hazlo divertido. Las actividades diarias pueden convertirse en pequeñas lecciones sobre cómo convertirte en un emprendedor, hasta cuando no están relacionadas con el negocio.
FUENTE : http://www.soyentrepreneur.com
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